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Presentación.

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Arquitecto Carlos Alfredo Trobo Cabrera. En el año 2011, en oportunidad de los 60 años de obtener su título de arquitecto, quisimos recopilar algunos escritos de Carlos y con su permiso y participación expresa, publicarlos en Internet. Pasados los años, vemos que este blog ha sido tomado como referencia muchas veces para mantener presente el pensamiento y obras de Carlos Alfredo Trobo, lo cual reafirma su posición como referente pedrense y para su querida profesión de arquitectura. Nacido el 21 de febrero de 1923 en Las Piedras, hijo de Calixto Trobo Cabrera y Clara Cabrera Saraceno, Carlos Alfredo fue el menor en una familia de siete hermanos. A la edad de 5 años fallece su padre y su madre instala una librería para el sustento familiar. Estudia en el colegio San Isidro de los padres salesianos, ubicado frente a su casa (actualmente comedor estudiantil) y en preparatorios en el IAVA, en Montevideo. Realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Arquitectura de la U

Libro "Haikus"

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En febrero de 2014, Carlos Alfredo Trobo publica su segundo libro "Haikus"; una selección de sus poesías. Haiku pequeñas florcitas que se nutren de un tronco viejo "A modo de prólogo: Retomar una tradición antigua y casi siempre clásica en su estructura -un determinado orden silábico en los tres versos, sin rima- para el caso no es un exotismo. De antigua tradición japonesa, Occidente ha dado sus versiones, también en Argentina y Uruguay en tiempo más reciente. Es sabido que el Haiku parte de la observación de la naturaleza, donde las estaciones en su sentido del tiempo, de su propia descripción, se traspasa lo cotidiano, lo que está sucediendo. Trobo se basa en su condición de arquitecto y suma la de orfebre puesto que casi no hay lugar para otra cosa que no sea el poema mismo. Donde la mirada quiere dar luz en su sentido evangélico, o quiere dar verbo volviendo al Génesis. Las aves, como pensamientos, mostrar, en todo caso lo sagrado en lo más pequeño;

Vivir entre y con los demás

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Carlos A. Trobo Si queremos ser entendidos, primero debemos "permanecer un mes dentro de los mocasines de mi semejante", como dice un proverbio de los indios Pieles Rojas. Muchas veces emitimos una opinión con el ánimo de ser escuchados y lograr que los demás se muevan en la dirección que nosotros consideramos correcta, y nos sentimos frustrados porque nadie se mueve ante nuestra sugerencia. Es que en la sociedad, lo primero es escuchar y meditar lo que el otro piensa. Así  nos podremos enterar qué hay dentro de la cabeza de la gente y planear en qué lugar de sus cerebros podemos comunicar nuestro pensamiento, para poder ser tenidos en cuenta y tener nosotros en cuenta lo que ellos piensan, para aprender de ellos lo que nos sea útil. No podemos dejar de reconocer que ellos están "en otra cosa" cuando les decimos nuestras ideas y que no tenemos nosotros una "coronita" que nos de prioridad para desplazar sus inquietudes y dar entrada a nuestras ideas s

Washington Arturo Sarasola Barcia

Un pionero que amó y contribuyó con todas sus fuerzas su esfuerzo sano y desinteresado al avance de nuestra ciudad  a la que tanto quiso. Poseía su personalidad, las virtudes de la raza vasca. Su franqueza, siempre dispuesto a luchar por defender la verdad, a defender al desvalido, de corazón sensible a las injusticias  que se cometían, vinieran de donde vinieran. Realizó cosas que nadie se decidía hacer, y las llevó adelante con tozudez y limpieza de corazón. Cuando Las Piedras comenzó a crecer en 1945, vio la necesidad que tenían los habitantes de la ciudad de un plano de esta. Él  recorrió  midiendo a pie las manzanas existentes entonces y fue agregando los diversos fraccionamientos  proyectados. Lo dibujó prolijamente, y lo distribuyó anticipándose en 20 años al que posteriormente editara el Municipio. Coleccionaba con gran celo toda documentación ya fuera escrita en expedientes, o cartas, fotografías, todo lo que significara algo del pasado de nuestra  ciudad, desde su fundaci

Las luces del barrio

Lo más importante, para que la gente quiera hacer cosas es que previamente lo quiera. Esto parece absurdo, pero es real. Conviene hacer alguna precisión, porque en general, en mi opinión el uruguayo es EMOTIVO, hasta la pasión y las lágrimas, NO ACTIVO, no tiene primaria acción a actuar, sino que por lo contrario, tiene tendencia a quedarse quieto en vez de sentir urgencia por actuar, y SECUNDARIO, es decir que tiene una colección frondosa de recuerdos que le hacen vivir en el pasado y posponer indefinidamente sus planes para el futuro. Así, se enrolan en abanderamientos tanto políticos, como clubes deportivos, etc. porque estos le dan un sentido de "perezoso escudo de protección de pensamiento" que les evita tener que pensar mucho y sin actuar para resolver los complejos problemas de convivencia en la sociedad. Es prudente despertar a nuestros compatriotas haciendo que se den cuenta que la sociedad les necesita positivamente activos y no simplemente criticones. Parece u

Haroldo Albanell Mac Coll

Sobre el final de nuestros estudios en facultad, conocí a este primo hermano de Ofelia. A causa de las diversas trabas impuestas por sus ocupaciones, había interrumpido por varios años sus estudios cuando le faltaba rendir cuatro o cinco exámenes que coincidían con los que nos faltaba rendir a Tarallo y a mí. Era un fino proyectista y  sus proyectos en facultad brillaban por su sensibilidad. Afortunadamente, coincidíamos en los caracteres, cosa muy importante, e invitamos a Haroldo a seguir los tres juntos hasta el final de la carrera. Fue gran trabajo adaptarlo a nuestro ritmo, ardua tarea al principio. Pero Haroldo se lo merecía. Y nos fue acompañando. Todos lo querían. Tanto en el Municipio de Montevideo como en su empresa de construcción, (Albanell y  Massini) le animaron y le dijeron: "Desde ahora hasta que salves el último examen, no vuelvas por aquí. Solamente vendrás a fin de mes a cobrar; no vuelvas porque te echamos". Con tales condiciones, Haroldo entró a

Dr. Guillermo Bayarres.

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Doctor Guillermo Bayarres, ejemplo de heroica actividad humanitaria digno de ser imitado. Dr. Guillermo Bayarres.     Apenas culminó brillantemente sus estudios en la Facultad de Medicina, se instaló en la zona de Polanco de Barriga Negra, en pleno campo del departamento de Lavalleja. Alejado de Minas por 8 horas de ómnibus  por caminos intransitables en invierno. Luchó por  la vida de sus vecinos en circunstancias adversas y no se contentó con  ejercer la medicina como un apostolado, sino que promovió sustanciales mejoras sociales de esa gente  aislada de nuestro campo. Pasados algunos años, volvió a su ciudad de Las Piedras y  ejerció su profesión con un denodado esfuerzo, heroico, dedicado a  dar sus esfuerzos totales  por  salvar la vida  luchando denodadamente con la enfermedad, y por aliviar el dolor. Sus jornadas, desbordantes de entusiasmo. Enamorado de su profesión, concibió junto con otros médicos,  la idea de crear un instituto local que cuidara la salud de la pobl