Las luces del barrio

Lo más importante, para que la gente quiera hacer cosas es que previamente lo quiera.
Esto parece absurdo, pero es real.

Conviene hacer alguna precisión, porque en general, en mi opinión el uruguayo es EMOTIVO, hasta la pasión y las lágrimas, NO ACTIVO, no tiene primaria acción a actuar, sino que por lo contrario, tiene tendencia a quedarse quieto en vez de sentir urgencia por actuar, y SECUNDARIO, es decir que tiene una colección frondosa de recuerdos que le hacen vivir en el pasado y posponer indefinidamente sus planes para el futuro.

Así, se enrolan en abanderamientos tanto políticos, como clubes deportivos, etc. porque estos le dan un sentido de "perezoso escudo de protección de pensamiento" que les evita tener que pensar mucho y sin actuar para resolver los complejos problemas de convivencia en la sociedad.

Es prudente despertar a nuestros compatriotas haciendo que se den cuenta que la sociedad les necesita positivamente activos y no simplemente criticones.
Parece una redundancia, pero es la realidad: si la gente no lo considera necesario, o es perezosa, o existen prejuicios o enojos entre las personas, todo atentará contra lo que sea de evidente y de urgente importancia realizar.
En este aspecto, las obras de mejoras en los barrios, contribuyen eficazmente a desarrollar el pensamiento comunitario independientemente activo de los ciudadanos

Esto lo constatamos una vez más, en los pasos que dimos para instalar las luces de mercurio en nuestro barrio.
Pretendieron entrometerse felizmente, de manera infructuosa, los diferentes colores políticos, de derecha y de extrema izquierda, así como comerciantes suministradores de artefactos, también se hizo presente la burocracia municipal poniendo sendas barreras.
Los vecinos supieron sutilmente esquivar los lazos que nos tendieron y la cosa no  llegó a mayores.
Un día, anunciaron con bombos y platillos la visita de un caudillo político y lo recibimos con una pequeña charla acerca de la voluntad independiente de colores de los vecinos, y le convidamos con una copita de muñeca, con coca cola, diciéndole que estabamos pobres.
Otro día, un vecino descubrió que los precios de artefactos de iluminación ofrecidos por un señor eran mucho más caros que lo que ofrecían en Montevideo. Dicho señor, pensaba ganar una buena comisión y el grupo entero decidió no invitarle más a  las reuniones.
Y así se pudo levantar la bandera de la voluntad de los vecinos como una fortaleza.
   
Mi experiencia es que al tratar de realizar cosas con un grupo, lo mejor es buscar el "común denominador de sus intereses " o supuesto básico que conforma a ese grupo, como es la noción de necesidades básicas de la comunidad.
Primero, mostrar un claro desinterés en mandonear o de tratar con prepotencias.
En segundo lugar, es hacerles constatar que buscamos sean realizadas algunas cosas largamente deseadas por toda la comunidad.
Tercero, tener clara conciencia de que cada persona quiere aportar sus iniciativas personales sin que sean frenadas, en el marco de un ambiente de apasionada colaboración. Es decir, a la gente le gusta integrar un ambiente distendido donde pueda desarrollar y llevar a cabo cosas que personalmente siente que su comunidad necesita, pero que a pesar de haber intentado resolver, ha tenido fracasos frustrantes.

Cuando uno quiere que un grupo se mueva, no son "lecciones" que otro le da, las que espera, sino realidades tangibles.
Por tanto, para que la gente de un grupo se motive, no alcanza con decirles palabras, sino que se requieren hechos exitosos realizados por todo el grupo en conjunto.
Para ello el primer paso, es reunir a la gente en lugar con suficiente ambiente con garantías de "neutralidad". No puede ser en los salones de un partido político, por ejemplo, porque los que no piensan así no concurrirían.
Pare el segundo paso, las invitaciones deben ser hechas en lo posible, personalmente por amigos, y no por gente que despierte sospechas de inamistad.
Para el tercer paso, debe encarecerse puntualidad y garantizar que la reunión durará solamente sesenta minutos.
El cuarto paso, empezar la reunión puntualmente con una pequeña arenga optimista sobre hacer cosas para la comunidad terminar la reunión, también inexorablemente a los sesenta minutos de empezada. La arenga no demorará más de 5 minutos.
El quinto paso, es tener un pizarrón de papel con marcador para anotar la síntesis de lo que sea propuesto como ideas, y numerarlas buscando que hasta los más callados den ideas. Esto no debe durar más de 20 minutos.
El sexto paso, es  hacer votar a la reunión las ideas y elegir la más fácil de realizar como meta a  cumplir en una semana, hasta la próxima reunión. También hay que  determinar quienes voluntariamente se ofrecerán a realizar las tareas necesarias.
Esta parte no demorará más de 25 a 30 minutos, con los diálogos necesarios. Este es el "corazón de la reunión", y allí caen ciertos prejuicios existentes hasta el momento entre las personas. Importante es hacer que los "callados" digan lo que piensan.
El séptimo paso, será preguntar al grupo, qué les ha parecido la reunión.
El octavo paso, será labor del que dirige la reunión, que dedicará por lo menos dos horas a evaluar la reunión transcurrida, el ambiente, las tensiones internas, las tareas elegidas, las opiniones sobre la reunión, etc. Y planificar  la próxima reunión para hacerla cada día más productiva.
Lo importante es que quien dirige los diálogos, debe excitar la intervención de los "callados", que siempre los hay, y a la vez sintetizar las ideas, armonizándolas, buscando afinidades entre ellas para que la reunión vaya aunando criterios, buscando salidas para la realización práctica.
Reitero que es esencial buscar poder realizar  las metas en una semana

En las sucesivas reuniones, se seguirá este esquema, con la arenga, cada vez con más sentido práctico del poderío de un "equipo vencedor" aunque sea en  pequeñas victoreas. En segundo lugar, se oirán los informes de lo realizado, que no demorarán más de 5 o 10 minutos y se sellará con aplausos o elogios los éxitos obtenidos por los que trabajaron por el "éxito" del grupo.

Lógicamente se cometerán errores, pero la gente de los grupos, se guiará por los éxitos más que por las palabras.
Quien dirige las reuniones debe procurar ser reconocido por su imparcialidad y por reconocer lo hecho o dicho por los demás, si esto está dentro de la ética.

Las luces del barrio Torres García.

Fue en días de calor y Ofelia invitó casa por casa, a muchos vecinos (dejando entender que se tratarían cosas para mejorar el barrio) para una reunión, que se realizaría en el jardín de nuestra casa.
Ofelia, para esto - y muchas cosas más- se presta a las mil maravillas. (si hubiera salido yo, no habría tenido tanto éxito)
La gente concurrió animada y expectante, curiosa, pero con buenas intenciones.
Empezamos puntualmente y, luego de una corta "arenga", les pedí ideas para mejorar el barrio.
Se hizo una lista de 20 cosas.
Luego se votó y por amplia mayoría se votó trabajar por instalar las luces de mercurio para la calle. (Había entonces un solo antecedente en la ciudad, de cuatro cuadras que un vecino solitariamente realizó con gran trabajo y lágrimas)
Como tarea de la primer semana, se decidió buscar información al respecto y todos esperaron confiados la siguiente reunión. Se notó el gran interés despertado en el tema de iluminación, porque fueron varios los que se ofrecieron para buscar información.

La siguiente reunión fue muy dinámica, porque ya se sabían datos concretos.
Y con esto, se fueron encadenando etapas semanales de fácil realización: Pedido de precios de artefactos a diversas firmas, pedido de precios de columnas de hormigón, consultas sobre permisos municipales, de UTE, de posibles financiaciones, de  recolección de contribuciones de los vecinos, de conseguir créditos colectivos de algún banco, etc.
Cada reunión fue más excitante que la anterior, por las tareas realizadas, por los hechos, que aumentaron el calor de las motivaciones.
Así, se desarrolló un verdadero "tejido" de relaciones personales de cada vecino con empleados de las oficinas, con jerarcas, con gerentes, con  políticos, con casa de electricidad, con fabricantes, etc.   

Primero, se festejó el día que vinieron las columnas de hormigón.
Ofelia hizo una torta con unos muñequillas con hilos elevando unos lápices Faber como columnas.
Cada uno comió un trozo de la torta como en una ceremonia reconfortante, como algo muy querido dentro de sus corazones.
Eso motivó un aumento de los esfuerzos de todos, de los Barca, de los Martínez, de los Martino, de los Polla, de los Castiglioni, de los Hernandez, de Francia Neffa, de Toscanini, de los Valiente, de Nené y Chita Sosa, los Servetti, etc.

La comunidad creció motivada por los hechos, y en menos de tres meses se inauguraban las luces, venciendo la oposición oficial de UTE, de las Autoridades Municipales, y de algunos vecinos -felizmente muy pocos, pero que siempre hay- que no comprendían lo que era trabajar por el progreso y tal vez con miedo a gastar un cierto dinero para la comunidad.

El día de la inauguración, vino el Intendente de Canelones y le pedimos que dijera unas palabras, aunque le solicitamos no hiciera política partidaria y sí hablara del progreso gestado por los vecinos.
Cosa que él, puntualmente cumplió, con el regocijo de todos, porque lo partidario habría dividido nuestro "espíritu de grupo"

También debemos decir que el mismo día de la inauguración, nos dijeron que la UTE no daría la conexión y eso nos impediría contar con la luz.
Entonces contestamos que las luces se inaugurarían igual, porque colgaríamos faroles a mantilla y que llamaríamos a la prensa de Montevideo, para que testimoniara que los vecinos habían cumplido pagando los gastos y trabajando, y que a cambio la UTE nos había engañado prometiendo y mintiendo.

Y se inauguraron el 17 de mayo, tal como lo habíamos planificado desde el comienzo. Muchas experiencias tuvimos, de las que señalo algunas:
1) La realidad de la eficacia en la motivación del grupo que tienen los hechos, y no las palabras, sobre todo, si las etapas se planifican a un ritmo semanal. Que permita evaluar y festejar los éxitos, con un aplauso o una coca cola.
2) La importancia que tiene escuchar a todos en todo momento y la necesidad de evaluar y planificar cuidadosamente cada reunión.
3) La puntualidad.
4) El valor que tienen las relaciones que tiene cada uno con el medio social, que hace posible contactos inesperados y de gran utilidad para el grupo.
5) El potente valor dinamizador que tiene sobre toda la comunidad de la ciudad un ejemplo exitoso de mejora social.
6) Se pudo ver desfilar emocionada y curiosa a toda la población de la ciudad por nuestra calle. Pero también notamos que eran reacios a pedirnos información.

El tiempo, demostró que muchos barrios tramitaban por su lado, sus luminarias y rehuían nuestras experiencias.
Ello significó que no querían depender de gente  extraña a su barrio y no querían depender de  otros liderazgos.
Sobre todo, porque quienes tomaban la iniciativa, eran a su vez, medio líderes.
Nosotros comprendimos eso y solamente nos dedicamos a contestar cosas puntuales.

Así llegamos en un momento a hacer unas reuniones en la plaza, frente al Cine Avenida, y pidiendo sillas al Club Solís, actuábamos como Concejo de Vecinos, similar al Concejo medieval de Dinamarca.
Pasaban los funcionarios municipales y si preguntaban, les decíamos que estabamos ocupados de lo que el Municipio no se ocupaba, que era el bienestar de los vecinos.

Pasados varios años, cientos de cuadras resultaron con alumbrado de mercurio instaladas por los vecinos y el Municipio que finalmente colaboró pagando una parte de los gastos.

La unidad de los vecinos se fortaleció y todos querían hacer más cosas por el barrio.
Así con el tiempo, se arreglaron veredas, se plantaron 40 árboles, se realizaron varias ferias de artesanías de los vecinos en la calle, se construyó un buzón, se hicieron festivales, etc.

Pero los intentos de maniobras de los mal acostumbrados politiqueros se puso en evidencia cuando, al ver el éxito que tenía nuestra iluminación de mercurio, nos invitaron a concurrir en una numerosa delegación de las "fuerzas vivas de las Piedras" al Directorio de UTE, para hablar con el Presidente, que era un contraalmirante.
Nos recibió cordialmente, pero al hablar un caudillo político, dijo: "Señor Presidente, venimos a pedirle que quite las recientes luces de la calle Torres García y destine esa energía a las avenidas Flores y Artigas.
Apenas sentí la traición de ese político al barrio, me salió de adentro un grito; "¡Te vas a la puta madre que te parió! Eso es una traición para los vecinos de mi barrio y vos no tuviste la valentía de decirnos que veníamos a demoler lo que con tantas esperanzas consiguieron los vecinos unidos."
Se produjo un silencio muy tenso, que duró unos pocos segundos.
Enseguida el Presidente de UTE dijo; "Esto tiene fácil arreglo, no le quitaremos las luces a Torres García y les daremos luces a las dos avenidas".
Todos volvimos en silencio a Las Piedras.

Olvidé contar que la noche de la inauguración de las luces, también "bautizamos" un buzón colocado por nosotros en una esquina.
Fuimos en procesión, y Castiglioni me dio una botella de Whisky Etiqueta Negra para rociar el buzón.
Me pareció un disparate tirar así ese manjar y me tomé, en dos cuadras ¼ litro de la botella y me agarré una intoxicación alcohólica, que me hizo sentir que me moría y debieron darme vitamina B.
Fue la mayor borrachera de mi vida, que no volveré a repetir por lo fea.

En esos días, varios vecinos de la calle Aparicio Saravia, nos invitaron a a concurrir a una audiencia con un director de OSE en Montevideo, porque hacía 4 meses que un caño de saneamiento estaba tapado y estaban cansados de denunciarlo en la oficina local y no se conseguía nada.
Iba hasta el secretario de la Junta Local. La cosa era oficial.
Nos recibieron con secretarias con minifaldas, teléfonos de colores, y escritorios lustrosos.
Hablamos con un ingeniero del Directorio.
Expuesto el caso, nos contestó con evasivas diciendo que OSE tenía dificultades económicas y con habilidad esquivó responsabilidades y nos dijo que volviéramos a casa y esperáramos con paciencia.
Cuando nos retirábamos, yo indignado por lo que hacía con los vecinos, volví sobre mis pasos y me encaré con él y le dije: "- Señor Ingeniero Director Fulano... tal vez usted no entendió la razón porque vinimos."
Extrañado, me miró y le dije: "- Vinimos a hablar de mierda, ¿Sabe lo que es mierda? ¿Lo que son soretes? Los vecinos los están  pisando y oliendo desde hace 4 meses y OSE les hace cuentos de que está pobre: Si no actúan de inmediato, haremos escándalo por la prensa."
Nos retiramos, tomamos un café en un bar todos en silencio, porque a algunos políticos del grupo seguramente les cayó mal mi actitud.
Y al llegar una hora más tarde a Las Piedras, vimos que habían 20 obreros, tres camiones con bombas y esa misma noche, destaparon el caño.

No quiero decir que el grupo no deba tener líderes, sino que estos deben ser guías a la vez que servidores del grupo, para averiguar sus deseos, sus necesidades y, también dar la cara cuando el grupo no se anima.

En esos días, nosotros todos, todos los vecinos descubrimos verdaderos valores y duraderas relaciones humanas en todas estas oportunidades de acción vecinal, que algún día relataremos con mayor detalle.

Carlos A. Trobo.

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