Artimañas y pretextos.

De vez en cuando,  me he encontrado con  salidas más o menos graciosas de algunos  que buscan  proteger sus intereses.

Escaleras y perros.

Cito el caso muy común en las inspecciones a viviendas que debía yo realizar para el Banco Hipotecario del Uruguay; de no poner a mi disposición escaleras para subir a los techos, o pretender dejar los perros de la familia sueltos y  agresivos, mordiéndome los " garrones", diciéndome que eran "mansos".
Apenas les decía que yo me iría sin autorizar el pago de la cuota si no me daban seguridad personal, y que tendrían que pagar a otro tasador, enseguida traían una escalera escondida en el vecino y ataban los perros sin dilación.

Regla y nivel.

Un día en una obra, indiqué al albañil que trajera una regla y nivel para controlar la pendiente de un caño, me dijo: " Si va a usar el nivel, arranco el caño, porque lo coloqué a ojo".

Las arañitas.

Otro caso que no es frecuente, pero sucede, cuando haciendo una obra en una medianera, el vecino se queja que "justo ayer" se le rajó la pared y pasó humedad a causa de los golpes que dieron los obreros.
Cuando le pedí me mostrara dónde se rajó la pared, me llevó hasta el fondo de su terreno y me mostró una pared... que estaba ubicada a 15 metros de distancia del lugar en que se trabajaba y en la que hacía ya tiempo habían pequeñas telas de araña dentro de la rajadura, lo que mostraba que su reclamo era "fuera de lugar", literalmente.

Las goteras.

Un día  fui consultado por un propietario acerca de una seria falla en la impermeabilización de un techo y nos reunimos con el contratista que haría el trabajo.
Este último se paró con los brazos en "jarra" mirando las goteras y dijo muy serio: " pero esto sucede solamente si llueve, ¿Verdad?"

Carlos A. Trobo, arquitecto.

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