Capilla de María Auxiliadora, Las Piedras.

Las Piedras perdió, en su paisaje urbano, una verdadera “Joyita” arquitectónica, al ser demolida esta capilla, que estaba ubicada en Av. Artigas y calle Garibaldi.

Capilla de María Auxiliadora en Las Piedras, demolida en la década de 1960.
De acertadas proporciones, esmeradísimo arte constructivo con una poética personalidad formal, traía a la ciudad,  poblada por hijos de inmigrantes, una reminiscencia de cultura europea que la daba poesía al ambiente.

Era el edificio de mayor belleza construido en la primera década del siglo XX en Las Piedras.
Tenía sus pequeños tesoros, como catorce grandes vitrales de gran calidad de 1 metro de ancho por 7 metros de altura, que provenían de Alemania.

Aparte de ellos, no tenía otros lujos en materiales, pero sí una mano de obra muy cuidada que respetaba punto por punto el estilo ojival.
Una respetable imaginería y una soberbia sillería en maderas nobles, y un soberbio órgano alemán, que hoy está casi arrumbado en la iglesia San Isidro.

Durante años hubo una desigual puja entre los que amaban ese edificio y los que buscaban su demolición invocando razones que con los años se desmintieron solas.

Yo estaba entre los primeros, porque pensé, por ejemplo, que si se destinaba a fines culturales combinadas como pequeña sala de conciertos, exposiciones, conferencias, etc. podía aportar un espacio destinado a la cultura de la ciudad, que hoy aún no existe.
Estos mismos usos se ha dado a la iglesia parroquial posteriormente.

Hubo un momento en el que se esgrimieron argumentos sobre la peligrosidad del estado de su techo.
Yo mismo subí entre el cielorraso y el techo, a investigar sobre el verdadero estado de la estructura del techo, y logré que se reforzara con las necesarias maderas duras, asegurando así una vida sin problemas por cien años más.

Pero la falta de cultura urbana de algunos ánimos, triunfó y llevó a la decisión irrevocable de privar a la ciudad de esa pequeña ”joyita”.
La capilla fue demolida para sustituirla por una serie de pequeños locales comerciales sin gracia que no sustituyen lo perdido de ninguna forma, ni siquiera en lo económico.

Los vitraux fueron destruidos y sus vidrios los vi por el suelo de la escalera de torre de San Isidro.
La puerta de entrada, se puede encontrar en la capilla de Lourdes en Villa Laures.
Y cuatro trozos de vitraux, pude salvarlos poniéndolos en la capilla del Santísimo, en la iglesia parroquial San Isidro.
El Viacrucis de esta capilla fue repintado por mi hermano Julio Cesar Trobo, y están colgados hoy en la iglesia parroquial San Isidro.

Ojalá que recordar lo doloroso de esta triste experiencia, genere la conciencia que evite la destrucción de los poquísimos valores históricos o edilicios de nuestra ciudad.

Carlos A. Trobo, arquitecto.

Comentarios

  1. pobre las piedras si esto fuera lo unico que perdio es un horror

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  2. Una pena. la recuerdo .lástima no valoraran la historia y que mucha gente hace comentarios que no vienen al caso gracias por compartir

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