Iglesia de la Parroquia San Isidro, Las Piedras.

Segunda parte.


Curiosidades sobre la Iglesia de la Parroquia San Isidro, Las Piedras.

 
¿Sabías que las Bóvedas de la Iglesia San Isidro en Las Piedras son de hormigón armado y tienen solamente 4 centímetros de espesor?

Era párroco el padre Oreste S. Nuti, quien fuera luego obispo de Canelones.
El cálculo de la estructura de dichas bóvedas, se lo encargué al ingeniero Walter Hill, quien era una autoridad en el tema de las llamadas "bóvedas cáscara".
Es quien calculó los hangares de aviones para la Fuerza Aérea en Carrasco, el techo del club Olimpia en Colón, etc.
Proyectó en uno de sus viajes a EE.UU. bóvedas extremadamente delgadas, de 2,5 centímetros de espesor, que sorprendieron a los ingenieros de allá y cubren desde hace años una fábrica de automóviles en ese país.
Cuando le encargué el cálculo del techo de la Iglesia nuestra, le proporcioné las dimensiones y la forma de la curva de parte de la bóveda original que permaneció sin demoler, la que me guió para darle la misma forma a la parte del techo a construir.
Corte esquemático transversal del templo y salones anexos de uso parroquial. Se puede apreciar el Altar mayor y su Retablo y el acceso lateral a la Capilla del Santísimo Sacramento. El techo sobre la nave central es una bóveda de hormigón armado de sección elíptica, y las naves laterales están cubiertas por cúplas menores. Finalmente un sobretecho con estructura metálica y de madera protege la edificación.

A principios de siglo XX, mi abuelo Pilar Cabrera liderando a los vecinos, se opuso tenazmente a la demolición decretada por el Gobierno de la República.
Eran momentos de ciertas tiranteces entre la Iglesia y el Gobierno. Los vecinos demostraron en ese momento, la fuerza que les dio la unión y el cariño por su terruño y lograron detener la destrucción total del edificio.
La iglesia así conservó las torres, las paredes, las columnas y ese trozo de bóveda sobre el coro del órgano, que está sobre el atrio de la entrada, entre los campanarios.

Ustedes se preguntarán por qué tiene unos tensores de hierro la bóveda central.
Y explico que se debe a que toda bóveda tiene una tendencia a "separarse", abriéndose de los apoyos y con esos tensores, se evita esa separación. Cada hierro soporta una tensión de 2.500 quilogramos.
Además, está dentro del estilo tradicional de esta iglesia, de acuerdo a consultas que efectué al Arquitecto Giuria, profesor de Historia de la Arquitectura en Facultad.
Se previó tal tipo de techo, para que fuera mucho más liviano que el primitivo.

Un detalle interesante, es ver las escaleras de acceso a las torres, que fueron hechas por la década de 1860 sin hierro ni hormigón. Usando técnicas catalanas, los albañiles las hicieron totalmente en los llamados ladrillos "de espejo", de 5 centímetros de espesor formando pequeñas bóvedas que se sostienen empujando enteramente sobre las paredes laterales. Eso se puede ver más claramente en la torre del reloj.

Cito además que el piso original de la iglesia permanece debajo del actual, y era de baldosas cerámicas españolas, similares a las que revisten las huellas de la escalera de la torre, deterioradas por los años de intemperie que soportó.
El piso actual colocado en 1912, es de cerámica gres francesa, de una resistencia al desgaste superior a la piedra de granito.

En ese momento, fueron retirados los altares de la Virgen del Huerto, de la Virgen del Carmen, de Santa Teresita del Niño Jesús, de San Lucas y la Virgen del Pilar. Esta última estatua, está en la casa Madre Promis de las Hermanas salesianas y es talla de madera, española, donada por Pilar Cabrera cerca de 1930.

Más tarde, el padre Hugo Bordoli me encargó una remodelación de altares, la ubicación de la Capilla del Santísimo, la iluminación eléctrica y pinturas de todo el templo y un sobretecho de chapa galvanizada de toda la iglesia con posterioridad.

Fue entonces que la imagen del Sagrado Corazón que estaba en el altar mayor, pasó a un altar lateral que reconstruimos con mármoles existentes y con digna conservación.
La Cruz con Cristo, pasó a su ubicación actual. (año 2001, se refiere a su ubicación en el retablo, detrás del altar mayor) La imagen es de pasta, finamente modelado, y fue comprado por el padre Antonio Lacabanne en Europa en el año 1933. La cruz fue realizada en cedro en los Talleres Don Bosco de Montevideo.
El altar de María Auxiliadora lo proyectó el arquitecto Rafael Ruano. La imagen era también de pasta y tiene dignas esculturas y pintura.
Las imágenes de la Dolorosa y el Nazareno son, junto con las de San Isidro, Santa María de la Cabeza y la Inmaculada, de origen europeo y de madera tallada. El vestido de la Vírgen es de terciopelo y tiene bellos bordados en hilo de oro.
La imagen de la Inmaculada, fue reparada y pintada por mi hermano Julio Cesar Trobo, que también pintó el Via Crucis y San Isidro y Santa María de la Cabeza
La imagen de Nuestra Señora de Fátima, fue modelada en yeso en el Monasterio Virgen de los Terinta y tres, de las hermanas Clarisas de la ciudad de Florida, durante el obispado de Monseñor Nuti, obispo de Canelones.
Las imagenes de San José y la de San Juan Bosco, son realizadas en pasta y están cada uno en retablos en mármol nacional.

Otro día describiremos el arreglo de las campanas que se hizo necesario (tenían 100 años sin reparar), arreglo que tuvo lugar durante el curato del padre Juan Algorta.

Carlos A. Trobo, arquitecto.


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